10 de julio de 2014

Testamento del fundador


Testamento del Fundador

Practicad entre vosotros la caridad, la caridad, la caridad. Y fuera el celo por la salvación de las almas

S. Eugenio de Mazenod

Nuestro fundador siempre estaba solicito a sus oblatos. Esto lo quiso tambien para aquellos que siguieran el camino trazado por el. Quiso que los OMI siempre estuvieran atentos los unos a los otros.

No podemos hablar de la caridad de Eugenio de Mazenod únicamente en el sentido de apreciación moral o de virtud. El amor en su vida es mucho más que un simple comportamiento moral. No es una virtud sino una Persona, Dios mismo.

El Habla de sí mismo como de un hombre sensible a los demás. Su corazón sangra por los dolores que se infringen a su persona, sangra tambien por los dolores que infringen a sus seguidores y los considera como hecho a si mismo

“Es difícilmente comprensible que, a pesar de un carácter como el mío que acabo de describir, mi corazón sea tan sensible: lo es en exceso. Sería demasiado largo citar aquí todos los rasgos de mi infancia que me han contado: son de verdad sorprendentes. Era corriente que diera mi desayuno, aun cuando sentía mucha hambre, para aliviar la de los pobres; llevaba leña a los que se quejaban de frío y de no tener medios para comprarla. Un día hasta llegué a despojarme de mi ropa para vestir a un pobre, y mil otras cosas parecidas. Cuando había ofendido a alguien, aunque fuera un criado, no quedaba en paz hasta el momento en que pudiera reparar la falta haciendo algún regalo o algún gesto de amistad o incluso alguna caricia a aquellos que tenían motivo de queja contra mí. Mi corazón no ha cambiado con la edad"

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