10 de mayo de 2012

Criticas que realizan los mismos indignados

El movimiento 15 M hace su crítica 


"De rebote, como todos". Así llegó Chema Ruiz a la acampada de Sol. Un año después, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca es su hogar. Se le adivina una sonrisa cuando recuerda los 220 desahucios que ya han evitado, aún así, conoce sus limitaciones. Bueno, las de todos; las del movimiento y las del género humano, "vago por naturaleza". Cuando le preguntan por el talón de Aquiles del 15-M, no titubea: "Tener un plan. Eso le falta". Junto a otros protagonistas de la #spanihsrevolution, Ruiz mira hacia adentro y reflexiona sobre los puntos débiles del movimiento.

Hace un llamamiento a un debate de fondo, "que no se ha hecho", para definir un objetivo. "El 15-M nace muy aséptico. Hay que definir cuál es el modelo de sociedad que queremos y cuáles son las vías para conseguirlo". No ignora la dificultad que eso entraña. "Aunar todas las ideologías, pensamientos... es muy complicado, pero nadie dijo que esto fuera a ser fácil. Partimos de una sociedad individualizada, donde la gente va a la suya. Son muchos años de adoctrinamiento que va a costar romper, pero hablamos más de siglas y de etiquetas, una vez que rompamos con ellas, ya está".

Desde Asamblea Sol también ven en este punto una de sus dianas, pero no disparan los mismos dardos. "El plan es que no hay plan". Apuntan a una concepción errónea de lo que es 15-M. "El movimiento es un estado emocional colectivo, y el principal problema llega cuando se intenta ordenar lo inordenable". Se buscaron respuestas tanto dentro como fuera, "mucho tuvo que ver también la prensa reclamando una voz única, un programa... algo que no tiene sentido seguir buscando". Un caso diferente son los colectivos y asambleas de barrios, "ellos pueden tener su agenda, incluso se puede llegar a formar en un futuro un partido político. Pero no será el 15-M como conjunto".

En esta misma dirección se pronuncia Víctor, miembro de la asamblea de Tetuán. "Uno de los mayores problemas es que en la sociedad, en los medios, incluso en el movimiento, no se ha hecho una reflexión acertada de lo que es el 15-M". Comenta que esto ha llevado a errores, a que la gente espere cosas que, "de momento, no pueden ser". Víctor piensa que el nivel de exigencia ha sido muy elevado, tanto por los medios como por la sociedad. Explica que esta inconcreción hace que "evolucione de una forma muy lenta. Se trata de un movimiento de conciencia y se camina poco a poco. Todo se basa en el compromiso de cada uno. ¿A dónde irá? No lo sé. Pero seguirá".

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